Pensarías que mucho entrenamiento es saludable y podría ayudarte a evitar enfermedades. Desafortunadamente, ese no es el caso. Aquellos individuos que entrenan con frecuencia tienen más probabilidades de contraer un virus de gripe, por ejemplo, que aquellos que hacen ejercicio ocasionalmente.
La evidencia es clara
Un estudio sobre corredores encontró que aquellos que realizaban más de 95 kilómetros por semana eran dos veces más susceptibles a enfermedades respiratorias que aquellos que corrían menos de 35 kilómetros por semana. Asimismo, los corredores que completaron un maratón tuvieron seis veces más probabilidades de enfermarse en la semana posterior a la carrera que aquellos que entrenaron duro para la carrera y por alguna razón no la corrieron.
Todo es cuestión de tiempo
Descansar un poco en las seis horas posteriores a una carrera o entrenamiento de alta intensidad es fundamental porque tu sistema inmunitario está deprimido y está menos capacitado de lo normal para combatir las enfermedades. Este período de seis horas es un buen momento para evitar personas y lugares públicos. Lávate las manos con (aún más) frecuencia si tienes contacto con otras personas durante este tiempo.
Ahora sabemos que algunos objetos en lugares públicos son más propensos que otros a acumular gérmenes porque son manipulados por muchas personas: los pomos de las puertas y los puntos de venta son ejemplos. Desarrolla el hábito de tocarte la cara (si fuera necesario) solo con la mano izquierda y tocar los objetos como estos con la derecha. Mucho antes de la pandemia, el ex campeón mundial de duatlón de Nueva Zelanda, Matt Brick, médico de profesión, usaba una mascarilla quirúrgica en los aviones después de una carrera por este motivo.
¿El "neck" qué?
¿Qué debes hacer cuando un virus de resfriado o gripe te afecta? ¿Deberías continuar entrenando normalmente, bajar la carga o detenerte por completo? Hacer un "neck check" te ayudará a decidir.
Con síntomas que se manifiestan por encima del cuello, como secreción nasal, estornudos o picazón en la garganta, comienza tu sesión de entrenamiento pero limita la intensidad a las zonas 1 o 2 y mantén una duración más corta que la habitual. Probablemente comenzarás a sentirte mejor una vez que hayas entrado en calor, pero si te sientes peor después de los primeros minutos, detente y regresa a casa.
Si los síntomas están presentes debajo del cuello, como resfriado de pecho, escalofríos, dolor muscular o fiebre, o si estás tosiendo con flema, ni siquiera comiences el entrenamiento. Probablemente tengas una infección viral aguda. Hacer ejercicio intenso en esta condición aumentará la gravedad de la enfermedad e incluso puede causar complicaciones extremas, incluida la muerte.
Además del ya conocido por todos virus SARS CoV-2, estos síntomas presentes debajo del cuello a veces pueden estar asociados a otros virus muy contagiosos, como el Coxsackie, entre otros, que pueden invadir el músculo cardíaco, causando arritmias y otras complicaciones. En algunos casos, se necesita estar inactivo hasta por un año para poder recuperarse de una enfermedad tal y finalmente poder entrenar nuevamente.
No vale la pena pagar ese precio por ninguna carrera o nivel de condición física. No tomes tus síntomas a la ligera. Sospecha que alguno de estos tipos de virus está presente cuando tengas una infección respiratoria con signos presentes debajo del cuello.
Recuperarte
Después de que la enfermedad ha remitido, es probable que todavía te sientas agotado durante algún tiempo. Muchas personas experimentan una reducción del 15 por ciento en la fuerza muscular hasta un mes después de un episodio de gripe. Tu capacidad aeróbica puede reducirse hasta por tres meses y tus músculos pueden acidificarse a niveles más bajos de intensidad de entrenamiento durante este tiempo. Esto significa que te sentirás débil cuando entrenes, aunque haya pasado la etapa aguda de tu enfermedad.
Después de una enfermedad con síntomas presentes debajo del cuello, regresa al período base de entrenamiento durante dos días por cada día que hayas tenido síntomas. Eso significa poner el énfasis en restablecer la resistencia aeróbica, la fuerza y las habilidades de velocidad mientras evitas los intervalos o el esfuerzo anaeróbico prolongado.
Tratar de pasar por alto una gripe probablemente empeorará tu condición y hará que la enfermedad dure más. Lo mejor es deshacerte de la enfermedad lo antes posible permitiendo que tus limitadas reservas de energía se dediquen a combatir la enfermedad en lugar de entrenar. Claro que, en todos los casos, la prevención es la mejor medicina.
Comments