Entramos en esa época en la que ya todos empiezan a perder el control sobre lo que les gustaría lograr este año. Si bien las metas pueden dirigir nuestras intenciones hacia un resultado específico, la presión de lograrlas también puede acecharnos, generando estrés en lugar de entusiasmo y motivación.
La meta ideal es aquella que es lo suficientemente motivadora como para encender nuestro fuego interior sin volverse estresante, lo suficientemente realista como para hacernos creer en nuestra capacidad para lograrla y lo suficientemente satisfactoria como para hacernos sentir satisfechos durante su búsqueda y después de haberla conseguido.
Pero éste no es un equilibrio fácil de lograr, como puede atestiguar cualquier persona que haya renunciado a una meta que pasó de ser cautivante a provocar ansiedad demasiado rápido, o cualquiera que haya trabajado obsesivamente hacia una meta de largo plazo -quizá clasificar para una carrera de renombre, o lograr un PR, o alcanzar cierto nivel de ingreso- la haya logrado, y después de que la euforia inicial del logro se desvaneció, haya quedado con una sensación de insatisfacción y melancolía, preguntándose "¿Y ahora qué?"
Resulta que el problema no es tener metas, sino nuestra propia mentalidad hacia las metas y cómo las establecemos, conceptualizamos y abordamos.
Determina qué te separa de tu meta
Con la ayuda de esta publicación anterior del blog pudiste determinar tu perfil de cualidades motrices y habilidades psicológicas. Esto te colocó en una posición ideal para determinar tus fortalezas y debilidades. De estas últimas se desprenden tus "limitantes", que son debilidades específicas a tus competiciones clave que te impiden tener éxito en estos eventos.
Se requieren diferentes habilidades para diferentes tipos de carreras. Si comparas tus debilidades con los requisitos de las carreras que te interesan, puedes conocer tus limitantes. Por ejemplo, una carrera larga y con un recorrido ondulado requiere mucha fuerza para escalar las pendientes y un alto nivel de resistencia. Una debilidad en cualquiera de estas áreas significa que tienes un limitante que debes mejorar si quieres tener éxito en este tipo de carrera.
Revisa tu primera meta de la temporada. ¿Alguna de tus debilidades representa un limitante para alcanzar esta meta? Si es así, deberás trabajar específicamente para mejorar ese limitante en esta temporada.
Los objetivos definidos te desafían a mejorar un limitante en particular en un tiempo determinado. Son tareas específicas y medibles que debes realizar para lograr una meta de la temporada.
Existen varias formas de medir el progreso que has realizado hacia el cumplimiento de tus objetivos. Los chequeos o pruebas de campo que apliquen para tus metas -y para los objetivos que las apoyen- se podrían realizar repetidamente durante la temporada para evaluar tu mejora. Las carreras de baja prioridad -e incluso algunos entrenamientos- también sirven como buenos indicadores de progreso.
Lo importante es que seas específico al escribir los objetivos que apoyan a cada meta, tal como lo fuiste al escribir cada meta de la temporada. Establecer una fecha para el cumplimiento de un objetivo determinado, por ejemplo, puede mantenerte encaminado. Por otra parte, el avance hacia la mayoría de los objetivos se puede medir de manera precisa, y la forma en que escribes el objetivo puede sacar provecho de esto; por ejemplo, podrías escribir que lograrás un tiempo determinado en una prueba de 5 km para una fecha determinada.
Sin embargo, a veces solo puedes juzgar tu progreso subjetivamente. Para medir tu progreso hacia la mejora de una habilidad mental en particular, por ejemplo, es posible que simplemente tengas que confiar en tu propia percepción de cuánto has cambiado en esa área. Por ejemplo, ¿te sientes más seguro o concentrado? ¿Mantienes una visión positiva? Estas son preguntas que solo tú puedes responderte.
La cronología del cumplimiento de tus objetivos es fundamental para el éxito general. Para lograr tu meta general, debes alcanzar tus objetivos de entrenamiento en un momento determinado de la temporada, así que asegúrate de fijar fechas. Demasiado tarde es lo mismo que nunca cuando se trata de competir.
Ejemplos de limitantes y objetivos asociados a metas
Meta:
Competir por el primer lugar de mi grupo de edad en todas mis competencias de prioridad alta de esta temporada.
Limitante:
Habilidades psicológicas, especialmente autoconfianza.
Objetivos:
(1) Leer este mes "La Mente del Campeón: cómo desarrollar autoconfianza y dureza mental en el deporte", de Ed Martin.
(2) Sentirme más seguro y enfocado para las próximas sesiones grupales fuertes y las primeras competencias de prioridad baja de la temporada.
Cuando termines de escribir tus objetivos, tendrás el equivalente a dos o tres estándares con los que medirás a corto plazo tu progreso hacia tus metas. Si son apropiados para mejorar tus limitantes y los logras a tiempo, tus metas estarán a tu alcance.
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