Durante el entrenamiento de postemporada es mucho menos lo que está en juego, por lo que no hay manera de que podamos hacer algo mal, ¿cierto? Falso, la postemporada es el período que abona el terreno para la posterior búsqueda de la condición física máxima de competencia.
Si hay formas más y menos efectivas de realizar tu entrenamiento de postemporada ¿por qué no hacerlo bien? Aquí te explico como.
No es posible mantener la condición de competencia durante todo el año, y tampoco es recomendable intentarlo. Pero esto no quiere decir que debas descarrilar por completo tu preparación. De hecho, la postemporada puede que haya sido la culpable de no haber alcanzado el acoplamiento aeróbico durante tu fase de preparación general, que luego limitó tus chances de mantener el esfuerzo de competencia hasta el final de tu última prueba. La postemporada es ese período de transición que te permitirá descomponer la unidad que constituye la condición de competencia en sus distintos elementos para trabajarlos por separado según sea necesario y permitirte volver sin problemas al entrenamiento progresivo y enfocado en la competencia cuando sea el momento indicado.
Si tienes un evento importante frente a ti, es normal que quieras que tu entrenamiento sea lo más perfecto posible. Por otra parte, fuera de temporada, tu entrenamiento no necesita ser impecable, pero si tiene que ser lo suficientemente bueno. Desafortunadamente, hay más de una forma de estropearlo.
Entrenar muy intenso
No importa qué tan motivado estés, debes hacer que tu entrenamiento de mantenimiento sea lo suficientemente ligero como para poder sostenerlo indefinidamente sin agotar tus reservas físicas o mentales.
Entrenar muy ligero
Si pierdes la motivación y entrenas erráticamente o no entrenas en absoluto durante la postemporada de seguro estás muy consciente del error que estás cometiendo. Sin embargo, si cometes el error de hacer el 100 por ciento de tu entrenamiento de mantenimiento a baja intensidad, puedes no darte cuenta de que estás desperdiciando tu tiempo.
Entrenar muy monótono
No variar suficientemente tus sesiones de entrenamiento generalmente es una consecuencia de entrenar demasiado ligero. Muchos atletas de resistencia comparten la filosofía (consciente o inconscientemente) de que cualquier sesión que no consista en nadar, rodar o correr constante y ligero, tiene que ser realmente dura. No es así. Se pueden potenciar las sesiones de entrenamiento con pequeñas dosis de intensidad que amplíen tu base de acondicionamiento físico sin desviarte de tu objetivo de carga general. Por ejemplo, incluir unos cuantos sprints de 30 segundos a una rodada a la semana puede brindarte grandes beneficios que aportan al mantenimiento de tu condición física, aunque hayas disminuido tu volumen de entrenamiento semanal más de 50 por ciento. Todo esto además, sin aumentar dramáticamente la percepción general del esfuerzo en la sesión.
Cuando diseño planes de postemporada para mis atletas, generalmente trato de incluir un estímulo de alta intensidad, uno de intensidad moderada y uno de eficiencia aeróbica a la semana. Estos estímulos pueden y deben ser bastante modestos porque 1) No se necesita mucha intensidad para preservar la aptitud que ya se ha ganado y 2) de todos modos, no estás tratando de preservar el 100 por ciento de la condición máxima en el entrenamiento de mantenimiento; estás tratando de hacer justo lo suficiente para prepararte para una transición sin problemas de regreso al entrenamiento enfocado en la carrera cuando llegue el momento.
Claro que simplemente repetir una secuencia de entrenamiento cada semana durante 6 semanas (o lo que sea que dure tu postemporada) no sería óptimo. Además de incluir algo de variedad dentro de la semana -como lo sugiero arriba, es necesario que varíes de una semana a otra los métodos que eliges para intensificar la carga. Por ejemplo, cambia el fartlek por repeticiones en colinas; reemplaza el final rápido a velocidad crítica por un intervalo más prolongado de tempo; sustituye la carrera en ayunas por una carrera larga (pero no demasiado larga), etc.
Lo único que debes evitar en el intento de variar tus semanas es entrenar progresivamente como si estuvieras entrenando para una carrera. En su lugar, mantén la carga general de entrenamiento más o menos constante de una semana a la otra. Si estás retomando el entrenamiento luego de la inactividad total o si dado tu nivel de experiencia en el deporte planeas realizar una preparación general comparativamente corta luego de la postemporada, entonces está bien que tu carga de entrenamiento tenga una tendencia ascendente suave durante este período.
Aprovecha este tiempo para planificar tu próxima temporada y empezar a abordar tus posibles limitantes en función de tus carreras más importantes. Entrena con un propósito.